Cuando se promulgó la Ley 20.611 todo parecía estar claro: las empresas deberían adjuntar un Anexo que indicara (1) los montos de las comisiones, bonos y premios pagados a sus trabajadores, (2) el detalle de cada operación que dio origen a dicha comisión, bono o premio, y (3) la forma utilizada para su cálculo. El objetivo de ello era que el trabajador tuviera una “idea exacta” de cómo se ha generado su remuneración (tal como señalara la C.A. de Stgo.). Pero un reciente Dictamen de la Dirección del Trabajo atenta contra ese objetivo.
La empresa Payroll S.A. solicitó a la DT que se pronunciara acerca de si, al indicar “el detalle de cada operación”, era necesario que señalara el monto en dinero de cada una o bastaba con que informara cuáles habían sido dichas operaciones. Su preocupación era que, señalar los montos en pesos, “podría afectar la confidencialidad, balances y estrategias de ventas de la empresa, en especial ante un eventual extravío de tales anexos.”
Por medio de Ord. 1643/015 de 18 de Abril de 2013, la DT dio la razón a la empresa: era suficiente con que se indicaran todas las operaciones realizadas por el trabajador, sin señalar el monto de cada una. ¿La razón? Argumenta que la ley no establece esa obligación de modo expreso y que en el debate parlamentario tampoco se dejó constancia de ello, lo cual no es acertado: la ley es muy clara al exigir un “detalle de cada operación”, esto es, una “relación circunstanciada” de cada una y no su mera enunciación, para que así el trabajador pueda verificar cuáles son las operaciones que se le están remunerando, siendo el monto una de sus características más distintivas; también exige que se indique la forma empleada para el cálculo de cada remuneración variable, por lo que en muchos casos será imprescindible que se consigne el valor de la operación para poder verificar que la cuantía de la comisión, bono, premio o incentivo esté bien calculada. ¿Cómo podría el trabajador cuestionar la comisión que se le paga por una venta si no se le indica el monto de dicha venta? Es aquí donde la DT esgrime un argumento fuera de toda lógica:
“Por lo demás, desde un punto de vista práctico es el propio trabajador que efectuó cada una de las operaciones que originan las comisiones, bonos, premios o incentivos quien conoce el monto de las mismas, toda vez que le habría correspondido la intervención directa en su ejecución, con lo que al precisarse solo cuáles han sido tales operaciones se le permite la debida certeza en la determinación del monto del estipendio que le corresponde percibir.”
O sea, ¿el vendedor “conoce” el monto de cada una de las ventas que hizo en el mes? ¿O la cajera todos los ingresos recibidos en el mes? Su argumento es realmente insostenible. Otra cosa muy distinta es que el trabajador pudiera tomar la precaución de anotar las operaciones que realiza diariamente, o que en la empresa cuente con una Intranet que le permita acceder a esa información, pero ambos casos se encuentran lejos de lo pretendido por la ley.
El Anexo de las rentas variables debería bastarse a sí mismo para que el trabajador pueda verificar su correcto pago; y si el monto de las operaciones es necesario para ello, entonces debería consignarse.