* Por Joaquín Rodríguez
Bastante se ha anunciado, escrito y publicado sobre la amplia cobertura que le entrega el programa del candidato Gabriel Boric al mundo Laboral. Sus propuestas fundamentales se centran en la ampliación de la negociación colectiva al nivel ramal (punto 1, página 107), propiciar la participación de los trabajadores en los directorios de grandes empresas (punto 1, página 107), compromiso con el proceso legislativo de reducción gradual de la Jornada a 40 horas (punto 2, página 108), alza escalonada del salario mínimo a $500.000 con subsidio a las Mypes (punto 4, página 111) y otras propuestas en torno a la automatización/digitalización laboral, cambio climático e igualdad de género (un buen resumen se puede encontrar en https://boricpresidente.cl/propuestas/trabajo/). Se sugiere analizar estas propuestas al alero de sus propuestas netamente económicas, ya que necesariamente deben complementarse, más no reemplazarse.
Sin embargo, cuando se hace el mismo ejercicio respecto al programa del candidato José Antonio Kast, nos encontramos con la sorpresa de que la última versión de su programa le destina tan sólo 1 página (!) al mundo laboral (página 19). Sus propuestas se centran en aumentar la formalidad laboral, que incluye subsidiar las cotizaciones previsionales a los trabajadores que perciban el sueldo mínimo, siendo la cobertura proporcional en cuanto el sueldo vaya aumentando (se entiende que beneficiará a nuevas contrataciones, incluso en grandes empresas, no a trabajadores con contrato vigente). Pero también, en afectar derechos laborales básicos.
En el programa se propone “introducir la libertad de horario” (página 69 en su Programa de primera vuelta y página 19 en su Programa de segunda vuelta), acompañado de la propuesta de “trabajo por hora” (lo cual es posible con la legislación actual, artículos 40 bis y 44 inciso primero del Código del Trabajo) y el “teletrabajo” (lo que también está presente en el artículo 22 inciso cuarto del Código del Trabajo desde el 2001 y profundizada por las recientes Leyes número 21.220, 21.342 y 21.391).
¿Qué significa entonces su propuesta de “libertad de horario”?
En el mejor de los casos, se podría asimilar al artículo 152 quáter J de la Ley N° 21.220 de Teletrabajo, donde “si la naturaleza de las funciones del trabajador a distancia lo permite, las partes podrán pactar que el trabajador distribuya libremente su jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades, respetando siempre los límites máximos de la jornada diaria y semanal”. O quizás derechamente quiera extender la eliminación del límite de la jornada diaria (sin pago de horas extraordinarias), como lo permite el artículo 22 del Código del Trabajo y lo recoge como una alternativa la misma norma de la Ley de Teletrabajo.
Esta propuesta debemos comprenderla en su contexto, en relación con otras que aparecieron en su Programa de primera vuelta. Cuando profundizó en ella (página 70), señaló que “El mundo avanza velozmente de la mano de la tecnología y Chile está quedando retrasado en materia de flexibilidad laboral en tanto se continúa anclado en lógicas y legislaciones paternalistas y arcaicas.” Pero lo que verdaderamente nos ilumina es su propuesta 210 (página 72), donde se explaya en su concepción del Trabajo: “La forma de remuneración más frecuente en las empresas es por tiempo trabajado y, con menos frecuencia, por tarea hecha, especificada en tiempo de entrega y calidad del trabajo solicitado. Favorecemos progresar en dirección a pagar con base en esta última fórmula, en la medida que el tipo de empresa lo permita, de manera que el trabajador vea un estímulo al trabajo bien hecho en tiempo y forma”.
Si fusionamos su concepción de Jornada (“libertad de horario”) y su concepción de remuneración (por objetivo o “tarea hecha”), nos resulta lamentablemente el peor escenario que temíamos: una neo revolución industrial donde ya no exista limitación de horario y la estructura salarial ya no gire en torno a la Jornada en que el trabajador esté a disposición del empleador, sino en que el trabajador “vea un estímulo al trabajo bien hecho en tiempo y forma”. 135 años después, los mártires de Chicago se retuercen en sus tumbas.
Con la poca prioridad que se le da al Trabajo en el debate político y presidencial, será difícil que estas propuestas se aclaren en sus alcances (reducir la jornada vs. libertad de horario), pero es importante que los líderes sociales y sindicales, el más humilde Trabajador y nosotros los ciudadanos, aquilatemos el peso de lo que se está jugando este domingo 19 de diciembre de 2021. De lo contrario, la realidad de que “el lunes igual me tengo que levantar a trabajar” será muy distinta del Trabajo que conocemos hasta hoy.